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en colaboración con Christian Weiss

Formato: instalación (audio 96 canales, 48 auriculares, agua)
Creación: octubre 2019
Primera exposición: Villa von Amsberg (Braunschweig, Alemania) como parte central de la exposición monográfica «andere»,  sobre Alberto Bernal y Christian Weiss.

«Aquella unidad entre cercanía y distancia que comporta toda relación entre personas se convierte en una constelación cuya definición más breve vendría a decir: que la distancia en esa relación implica que la persona cercana esté lejos, mientras que la extrañeza supondría que la persona lejana esté cerca» (Georg Simmel)

La instalación se plantea como una radical invitación a la escucha. Escuchar a personas a quienes no se les ha pedido que cuenten nada. Personas en silencio.
El/la visitante entra en un recinto lleno de agua. Del techo cuelga una multitud de auriculares. Al entrar en el espacio podemos tener la impresión de que no hay nada que escuchar. Sin embargo, poco a poco comenzarán a hacerse perceptibles diferentes sonidos de la mera presencia de personas: el roce de la ropa, las respiraciones, algunas toses, carraspeos y otros inevitables sonidos no verbales… Si tomamos uno de los auriculares nos situaremos aún más cerca: nos hallaremos acústicamente entre ellas, percibiendo la presencia de una persona en concreto y la cercanía de quienes la rodean.
La instalación hace audible lo inaudible: el sonido de la presencia, colocando a las personas en primer plano y posibilitando la percepción acústica del Ser colectivo.
Para la producción de la instalación, 48 personas anónimas fueron agrupadas en un espacio. Cada persona con una grabadora y un micrófono estéreo binaural sobre sus orejas, que capta ese plano cercano y subjetivo (aquello que ellas escuchan) que posteriormente es trasladado individualmente a los 48 auriculares de la instalación. Cada vez que la instalación vuelve a mostrarse en un lugar diferente, este proceso de grabación es repetido con personas diferentes, que se añaden a las ya existentes. Una multitud de otros/as de edades, orígenes y perfiles sociales dispares. No sabemos nada de ellos/as; simplemente que están hoy, aquí y ahora en este espacio en el que permanecen en silencio.
En la presencia física, todas las personas se convierten en iguales.

fotos: Johannes Giering, Priska Dolling